Vigésimocuarto día. Villadangos del Páramo-Astorga

La de hoy, una etapa dura por su extensión (28 kilómetros). El tiempo muy bueno excepto por el exceso de calor.

He salido a las 7 y media, después de un desayuno flojito en comparación con los que me están ofreciendo en otros sitios. He llegado a Astorga a las 15,30, es decir 8 horas de camino, aunque es cierto que he parado varias veces a descansar. La primera de ellas para tomar un bocadillo y reponer fuerzas.

La etapa se puede dividir en varias partes dependiendo de lo que me iba encontrando. La primera parte ha transcurrido junto a la carretera León-Astorga. Muchísimos camiones que pasaban muy cerca y con un ruido ensordecedor que no me dejaba ni oir la radio (con auriculares).

Después el camino se desvía, y entramos en una zona con árboles y algún río. Más tarde pasamos a un tramo sin árboles, cuesta arriba. En la última parte se pasan dos o tres pueblecitos, muy pequeños, e inmediatamente después de cruzar las vias del tren por una enorme pasarela, he llegado a Astorga.

Inicio etapa de hoy

Una pista...

Camino junto a la carretera

El almuerzo

Iglesia de Villares de Órbigo

Una espectadora

Todavía hay nieve con el calor que hace

Ayuntamiento de Astorga

Palacio de Gaudí

Catedral

Fachada de la catedral

Otra vista del Palacio de Gaudí

Detalle de la fachada

Es un pueblo relativamente pequeño. Siguiendo el camino de Santiago me he encontrado enseguida el hotel. Después de la cerveza de rigor, he subido a la habitación. Después de ducharme he descansado un poco. A las cinco, he salido a pasear por el pueblo. La verdad, es que me ha impresionado la Catedral y el Palacio de Gaudí (Palacio Arzobispal).
A las 8 y media abrían el restaurante del hotel. Enseguida he visto que los manteles eran de tela. Como siempre he pedido el menú. Buenísimo todo. De primero he pedido un "panache de verduras" que es como una menestra. De segundo merluza con una salsa verde. De postre helado de vainilla con chocolate. La merluza fresquísima. Lo peor ha sido la factura. Me han clavado, pero en fín, un día es un día.