Ayer decidí hacer la etapa de hoy, pasando por Samos. Pensé que el Monasterio de Samos valía una visita, aunque fuera a costa de hacer 6 kilómetros más. Han sido 24 kilómetros la etapa de hoy. Ha valido la pena por varios motivos. El primero y principal la propia visita al Monasterio. Se fundó en el siglo VI, aunque después de diferentes vicisitudes, incendio, etc. se ha ido reconstruyendo. Realmente lo que se puede ver es del siglo XVIII.
El otro motivo es la espectacular travesía cruzando bosques centenarios, donde al suelo nunca llega la luz del sol.
Me he levantado a las 6´30 después de pasar una noche no muy buena. Me alojé en la Pensión García de Triacastela. Las paredes de papel de fumar, dejaban oir todo tipo de conversaciones a todo volumen. A eso añadirle el llanto de un bebé, que no había forma de que dejara de llorar. Cuando paró me pude dormir hasta las 4 de la madrugada en que volvió el llanto.
Hoy estoy en Sarria en el Hotel Alfonso IX, donde espero descansar bien.
El desayuno en Triacastela a las 7 y a las 7´30 he comenzado la marcha. A las 9´30 aproximadamente he llegado a Samos, y he aprovechado para almorzar ya que el Monasterio lo abren a las 10. Ha sido una visita guiada por un monje joven. Tendría unos 35 años. Ha comentado que actualmente son 9 los monjes de clausura de la orden benedictina que viven en el Monasterio, y todos ellos de edad avanzada.
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